domingo, 7 de junio de 2020

Poemas

Breve selección de poemas:

Parece sencillo   (de poemario inédito)
La voz de los poetas   (de poemario inédito)
Sin pudiera   (del poemario El otoño a destiempo, 2018)
Vuelves a hablarme de ella   (del poemario El otoño a destiempo, 2018)
Se nos fue de las manos   (del poemario El otoño a destiempo, 2018)
Te llevaré conmigo   (del poemario El otoño a destiempo, 2018)
La voz de tus ojos   (del poemario La voz de tus ojos, 2018)


Parece sencillo.

(verso libre)


   Parece sencillo,
levantarse y caminar,
descorrer la cortina
y ponerle al sol un fino velo...
Hay quienes jamás
podrán erguirse como tú,
y su sonrisa vivífica
nos sigue sirviendo de ejemplo.

   Parece sencillo,
elegir entre las baldas
los platos de un menú
sobradamente copioso…
Los hay que no encuentran
ni un mísero pan seco
que echarse a la boca.

   Parece sencillo,
pisar bordillos al alba
y poner los pies sobre el asfalto,
caminar recto y seguro…
Hay quienes claman justicia
en una celda fría,
presos de infortunio
sin delito conocido.

   Parece sencillo…,
y se hace imposible
no sentir la piel del otro
corroyendo la tuya,
corroyendo la mía,
desnudar el alma,
a corazón abierto,
a los pies del que sufre,
del que pide libertad,
del impedido,
del prójimo indigente,
del privado de techo y pared
por vencer mensualidades.

   Nos parece sencillo…,
y es que las cosas más simples,
a veces, ruindad humana,
nos cuestan un mundo.

                                Francisco A. Linares Lucena
7 de junio de 2020.



            La voz de los poetas.

         (cuartetas de romance endecasílabas)


 

    Me quedo con la música que apresa
y el eco que armonioso nos atrapa,
abrazo en mi silencio cada beso,
me quedo con la luz de una mirada.

   No elijo la violencia en la trinchera,
me quedo con la paz de una palabra,
y dejo las soflamas sin sentido,
panfletos que jamás nos dicen nada.

   Me quedo con el verso que convida
y dejo tu creación incontrolada,
rosquillas que rellenan ediciones
de «divos» corrigiendo galeradas.

   Me quedo con el pecho en la poesía
y dejo al que en su cima nos aparta,
me quedo con el brío que confiesa,
me quedo con la flor que nadie aclama,

me quedo con tu mano siempre amiga,
me quedo con tu invierno y tu alborada,
me quedo con abril y sus pasiones,
me quedo con tu rostro en mis mañanas.

   Me quedo con los líricos cantores,
creadores que remueven las entrañas,
me quedo con la voz de los poetas
que logran pellizcar profundo el alma.

                                       Francisco A. Linares Lucena
21 de mayo de 2020.


Si pudiera.

 

   Si pudiera clarear la noche

y dejarla enteramente como aquella,

aquella tan cumplidamente nuestra,

no iba yo a andarme en este instante con pretextos.

 

   Si pudiera convertir la brisa

en compás de aquellos sones

de olvidadas  melodías

que para nosotros compusieron,

-o así creímos, ilusos ambos-,

no iba ahora a malgastar mi plazo

para alcanzar resortes imposibles

con que hacerte oír

aquella canción que tanto amabas,

que tanto amé.

 

   Si pudiera respirar en mi reserva

y percibir el tiempo que atrás dejamos,

no iba a derrochar emanación tan placentera

con la excusa de acabar mis versos, obstinado.

 

   Si pudiera yo atrapar de aquel ayer

un reguero de ilusión en forma humana,

retozo de la risa de tus labios

retendría como botín,

pues todo lo que guardo de esos días

es voz de tu sonrisa en mi saqueo.

 

   Si tuviéramos licencia

para poder cambiar el mundo, 

lo trasformaríamos, palmo a palmo,

con la ayuda inestimable y efectiva 

de toda aquella gente que ya entonces,

y para siempre, y tan adentro,

tan indivisamente nuestra, 

coexistía con nosotros,

en la calle de una zona de copas en estío,

y no haría falta que pudiera yo en mi dicha 

volver a conocerte, 

pues ambos dos, una a uno,

jamás hemos dejado en tantos años

de pedir, codo con codo,

que los frutos de aquel tiempo

sigan clareando nuestras noches

mientras puedan.

 

 Francisco A. Linares Lucena

                   30 de junio de 2017.



Vuelves a hablarme de ella. [1]

(verso libre con rima final) 


   Vuelves a hablarme de ella,
aire que todo lo ves,
viento que todo lo traes…,
y susurras tan sereno,
tan gradual y tan arcano,
a mí, como si nada,
que entre mis brazos la tuve
aquella tarde añil en sus minutos,
aquel silencio en ti de amaneceres,
sumergido entre sus labios
que hoy la vida me arrebatan.

   Vuelves a hablarme de ella, 
Luna que todo lo puedes,
cielo que todo lo sabes,
brisa que rozas entrañas
donde mis sueños dormitan,
cuerpo el suyo de damisela esquiva;
lluvia que mojas su boca,
macerada de besos intrusos
en flagrante primavera.

   Vuelves a hablarme de ella,
y se esfumó de mí sin darme aviso,
y se apartó de mí sin verme apenas,
y se alejó de mí tan sigilosa,
tan decidida, tan inquietante.
Mas nunca deja de estar conmigo,
anidada en mis noches,
adormecida en mis soles,
agazapada en mis ojos,
y hasta el viento, el aire y la Luna,
y hasta el cielo, la brisa y la lluvia
siempre me hablan de ella,
«Juventud» aún lleva por nombre…,
y mis sueños dilectos de poeta
de nuevo me hablan de ti,
y estos versos que escribí
hoy vuelven a hablarme de ella.

                                          Francisco A. Linares Lucena
                                                 18 de mayo de 2018.

 

Se nos fue de las manos.  [1]



(copla popular octosílaba)

   Se nos fue de las manos
tanto odio, tanto mal, tanta barbarie,
tanta crueldad en desagravio
y tan abyecto olor a sangre.

   Se nos fue de las manos
tanta envidia y tanta frase,
tanta rabia, tanta fobia,
vil rencor, tanto dislate,
tanta falta de respeto y tolerancia,
tanta arrogancia,
tanta escoria en redes sociales.

   Se nos fue de las manos
tanta vida aniquilada,
tanto extinto litoral,
avecillas sin volar
que anidaban en su rama,
arboleda por talar,
tanto hoy sin pensar en su mañana.

   Se nos fue de las manos
tanta muerte y destrucción
de lo que fuimos,
tanta inicua polución
que todo arrasa,
tanta eterna crispación,
tanta metralla,
tanta visible privación
de libertades,
tantas verdades
por decir de mal manera.

   Se nos fue de las manos
tanto horror y tanto infierno,
tanta infamia, tanto absurdo,
tanta farsa a bajo precio.

   Se nos fue de las manos
tanto sufrir, tanta miseria,
absurdo ego de mortales
sobreactuando en la tragedia.

   Se nos fue de las manos
y solo queda en su resquicio
un nuevo sol para atraparlo;
en tus manos hoy renace
un nuevo amanecer para cambiarlo.

                                        Francisco A. Linares Lucena
                                                4 de julio de 2017.



Te llevaré conmigo. [1]

(verso libre rimado)

(No solo seremos recuerdo cuando nos vayamos, sino que miles de recuerdos guardaremos eternamente cuando nos hayamos ido).

   Te llevaré conmigo
hasta el lugar de siempre,
aletargados, mis ojos
divisarán tu brisa
soplo a soplo.

   Te llevaré conmigo,
como si fuera ayer
por donde piso,
te cogeré del brazo,
diligente.

   Te llevaré conmigo
y cargaré en mis hombros tu sonrisa,
tus audacias al relente
de una vida en breve lapso,
la efusión de nuestro fruto
y la adhesión de mis ancestros,
sobre mi espalda.

   Te llevaré conmigo,
tierra noble en que nací,
villa insigne hecha en barro
que me dio forma,
horma en veleidoso jugo,
sol de frente.

   Os llevaré conmigo,
eternidad por siempre:
sacro fruto,
blanco barro,
fértil jugo,
dulce brazo,
fiel sonrisa,
tierra y sangre,
gente y villa,
vida y calle,
mansa brisa.

   Te llevaré conmigo
hasta el lugar de siempre,
te cogeré del brazo
aunque me creas ausente,
aunque me veas esquivo.
Desandaré caminos
hasta el lejano día,
te quedarás conmigo
y no habrá despedida,
que seguirás presente
como memoria mía,
como recuerdo vivo,
que venceré a la muerte
para volver a verte,
cuando me haya ido.

                        Francisco A. Linares Lucena
                             17 de julio de 2015.


[1] III Premio en el II Concurso de Poesía «Poetas de Bailén», 2015. 

La voz de tus ojos. [1]

                                     (verso libre)


   Hay personas que simplemente al mirarlas a la cara nos trasmiten mucho más que lo que los poetas podemos trasmitir en miles y miles de versos. Hay personas que con solo una mirada pueden expresar mil versos llenos de esperanza.

 

   Hay días en que un nuevo Sol
ilumina una esperanza,
hay siempre algún mañana
en que tus labios,
que ocultan una voz
y un alma dentro,
muestran la sonrisa
que nace con sigilo,
tendenciosa, casi arcana.

   Hay días que es mejor
seguir despierto
y repetir la paz de su jornada
una y mil veces
hasta saciar tantos minutos,
devorados por tu gesto
de fruición evanescente,
instante al menos,
éxtasis en breve lapso,
una minúscula porción
de tiempo apelmazado,
solo un segundo
para una vida entera…;
pero la pena acecha
y el devenir más inmediato
corroe el presente,
como acostumbra y obra a diario.

   Tuvimos voz para cambiarlo,
pudimos a la par, codo con codo,
hacer de ti cada alborada diferente,
fue nuestra oportunidad
que desaprovechamos,
en libertad naciste,
como emérito mortal fuiste creado,
no todos llegaron a entenderlo,
alguien desde el hombro te miró,
desdeñosa su mirada,
y nada hicimos…;
mas la voz de mil poetas
ensalzará en tu honor
palabras de alabanza
y versos de indulgencia,
estrofas de un fervor ilusionado
por cada amanecer y cada día
en que no supieron darse cuenta
de su afrenta,
porque nunca acostumbraron, ni siquiera,
a mirar entre su niebla corrompida
el dulce y sacro brillo de tus ojos.

                                                                        Francisco A. Linares Lucena
                                                                         Bailén, 23 de abril de 2015.




[1] Accésit en el V Certamen Espejos de Agua de Poesía, Asociación Manantial, ciudad de Linares. Leído en El Pósito de Linares, 30/5/2015.

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