Y BAILÉN
ES SU APELLIDO.
NOTA ACLARATORIA:
Querido lector:
Este
año, tras 21 ediciones ininterrumpidas, no aparecerá mi artículo anual en el
Libro-Programa de Fiestas 2012. La extensión del mismo, la imposibilidad de amputar
un trabajo pleno de unidad (otros sí han podido, mi enhorabuena), el poco margen
de maniobra a un mes vista y los recortes selectivos nos han afectado a
algunos.
Sería
para mí un honor, pues para eso dediqué tantas horas en escribirlo, que
tuvieras a bien compartirlo entre tus contactos y echarle un vistazo.
No está
en mi interés polemizar ni buscar confrontación con nadie, muy al contrario,
acato y acepto tal decisión dentro de la responsabilidad que cada uno tiene.
Confío que las aguas vuelvan a su cauce y que en la próxima edición se nos
vuelva a tener en cuenta, como bien seguro sé que así será.
Prometo
volver todos y cada uno de los años en que mantenga viva la ilusión, pues a los
bailenenses tengo muchas cosas que contarles y a mi Bailén me queda mucho por
decirle.
¡Viva
Bailén! y muchas gracias.
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Del verbo latino appellitāre, frecuentativo de appellāre (llamar, proclamar), proceden
nuestros vocablos Apellidar y Apellido (“nombre de familia con que se
distinguen las personas”, según reza el DRAE).
A quienes, como yo, tenemos
los dos apellidos toponímicos, referidos a sendas ciudades andaluzas (si bien, mi
nombre de familia paterno proceda de Cantabria y tenga el significado de
“tierras sembradas de lino”), siempre nos ha apasionado el asunto del origen histórico-geográfico
de nuestros antepasados; aunque, en mi caso, según he podido comprobar
genealógicamente tengo sangre bailenense autóctona desde 1795, cuanto menos,
pues todos mis ascendientes nacieron y vivieron el resto de sus días en este
rincón baeculense a la vera del Guadiel y a la orilla del Rumblar. Tal vez por
eso aún, como muchos otros de los de aquí naturales, conserve mi acento bailenés, me haya sido trasmitido el
legado del cancionero tradicional y utilice o sea conocedor del rico léxico
local, pues mis padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y demás ancestros, y
a mucha honra, no supieron -ni quisimos- hablar de otra manera, cuando esa rica
habla de nuestra tierra es tan correcta, tan andaluza e hispánica.
En el presente
trabajo, persiguiendo la brevedad en este tipo de publicaciones, haré un
escueto recorrido por la historia y origen de los apellidos hasta desembocar en
el que nos ocupa, BAILÉN para más señas.
- Historia y origen
de los apellidos.
Los nombres de familia o apellidos nacieron
en época romana, aunque estos los tomaron posiblemente de los etruscos. Los
ciudadanos aristócratas romanos en tiempos de la República tenían tres nombres:
praenomen (‘nombre’ que se daba al individuo en la
ceremonia bautismal, era usado en el ámbito familiar o amistoso. Era muy común
que el primogénito se llamara igual que su padre), nomen (‘nombre
de familia’ hereditario del clan -gens- al cual pertenecía el individuo y se
usaba en la mayor parte de las circunstancias, sobre todo cuando no tenía el
tercero al no pertenecer a la aristocracia) y cognomen (‘apellido’ o nombre hereditario de
la rama del clan a la que pertenecía el individuo, el más frecuentemente
utilizado). Ej: Cicerón era Marcus Tullius Cicero. Los hombres con
dos o tres nombres podían recibir oficialmente un agnomen (‘apodo’ o "cognomen
honorífico", usado por el resto de su vida pero no transmitido a sus
descendientes). Ej: Escipión era Publius Cornelius Scipio Africanus.
Tras el Imperio Romano, en la península se
respetó la fusión de la cultura visigoda, musulmana, hebrea, etc. Los mozárabes
no conocieron los nombres de familia. En la Edad Media (más en concreto entre
los siglos XI y XII) en las lenguas romances incipientes empezaron a utilizarse
los apellidos.
Actualmente, en el mundo hay diversas
variantes en lo que a apellidarse se refiere. En el portugués (Portugal y
Brasil) es habitual que sea primero el de la madre y después el paterno. En
muchos países del mundo el apellido materno desaparece cuando se contrae
matrimonio, no solo en los hijos sino en el de la propia madre, por lo que
existe el término “nombre (apellido) de soltera”. El sistema español fue mucho
más paritario o igualitario, pues ya desde la Edad Media, la mujer casada nunca
cambiaba su apellido por el de su esposo.
Los
tibetanos suelen no utilizar apellido. En Rusia y en otros
países del este europeo, al nombre de pila le siguen el patronímico y el
apellido.
- Los apellidos
hispánicos.
Fue entre los siglos XI y XII cuando
empezaron a utilizarse los apellidos en España y Europa. Los países de habla hispana cuentan con particularidades en lo que al apellidarse
respecta. A diferencia de otras culturas y lenguas, contamos con dos
apellidos, paterno y materno, respectivamente, añadidos al nombre de pila. No
obstante, podemos tener tantos nombres de familia como queramos si añadimos
intercaladamente el segundo paterno, segundo materno, tercero paterno, etc.,
aunque solo está permitido el registro de los dos primeros. La legislación
española permite cambiar el orden de los apellidos, consintiendo así que, de
común acuerdo de los padres, el nombre de familia materno anteceda al del
padre. Cuando no desea perderse el apellido materno por poco habitual o por
interesante a todos los efectos, la legislación española permite la unión de
dos apellidos para formar uno compuesto.
- Clases de
apellidos hispánicos según su origen.
En cinco grupos fundamentales suelen dividirse
los apellidos en los países de habla hispana:
- A) Apellidos
patronímicos. Proceden de un
nombre propio de persona (antropónimo). Es la desinencia medieval –ez, de época visigoda pero en
lengua latina, pues es el caso genitivo latino que se añade a un
antropónimo. Su significado es ‘hijo de’: Álvarez (hijo de
Álvaro), Benítez (hijo de Benito), Domínguez (de Domingo), Fernández (de Fernando), Hernández (Fernando), González (Gonzalo), Márquez (Marcos),
Pérez (hijo de Pero -Pedro-), etc.
Hay que tener muy en cuenta que idénticos apellidos NO proceden de una misma
rama, es decir, que Ramírez,
pongo por caso, hubo muchos, según los Ramiros que hubiera. Así que los
que actualmente se apellidan Martínez,
verbi gratia, no tienen por qué estar emparentados ni descender de un
mismo Martín. Este sufijo visigótico -ez
es similar al Ben- hebreo, al Ben-, Bin- o Ibn- árabe, al Mac-
escocés, al -son anglosajón, al -ov(a) / -ev(a) rusos, etc. Algunos apellidos patronímicos guardaron su
forma original (Alonso, Martín, Simón…). Un apellido no patronímico es Expósito que antiguamente se daba a los niños abandonados y de
padres desconocidos.
- B) Apellidos toponímicos.
Proceden de un nombre propio de lugar (topónimo), refiriéndose a la ciudad
o villa donde nacieron, vivieron o poseyeron tierras las personas o
familias a las que se asoció dicho apellido. Está muy extendida la
consideración de que los nombres de ciudades o villas son de origen judío,
pero esto no puede afirmarse con certeza de manera general, pues, si bien
es cierto que hubo muchos judeoconversos que los adoptaron como nombres de
familia, hubo otros muchos casos en los que cristianos viejos tomaron el
apellido de su lugar de origen, y en el Medievo los judíos eran minoría
frente a los cristianos (véase Julio Rancel en la web http://www.enplenitud.com/los-apellidos-espanioles.html, en su trabajo sobre “Los apellidos
españoles”). Los apellidos toponímicos son los más difundidos y numerosos
en español, por ejemplo: Alcalá, Aragonés,
Aranda, Ávila, Avilés, Bailén, Cózar, Gallego, León, Lerma, Linares, Mena, Ocaña, Serrano, Sevilla, etc. Pertenecen
también a este tipo los de accidentes geográficos o aspectos de la
naturaleza, flora, animales, edificaciones humanas, etc.: Árbol, Castaño, Cerro, Carrasco, Castillo, Cuevas,
Flores (no es cierto que sea de origen gitano, aunque sí muy extendido
entre esta etnia), Hoyos, Laguna,
Palacios, Plaza, Prados, Torres, Vacas, Valverde, etc.
- C) Apellidos derivados de oficios. Caballero, Cantero, Carpintero,
Guerrero, Hidalgo, Jurado, Merino (nombre
del juez o autoridad de una merindad), Zapatero, etc.
- D) Apellidos descriptivos o de
apodos. Blanco, Bravo, Bueno, Cano, Castaños, Delgado, Hermoso, Moreno,
Prieto, etc.
- E) Apellidos castellanizados.
Como su propio término indica, proceden de otras lenguas, pero se
adaptaron a la fonética española. Especialmente provenían de lenguas
indígenas americanas, linajes europeos, lenguas peninsulares (catalán: Moga, Oliver, Oriola, Roca…; gallego: Barragán, Villar…; vascuence: ¿Lijarcio? (probablemente castellanización de Lejarza o
Lejarazu), Ochoa, Palacios, Perea…),
lenguas neolatinas (francés: Roque,
Mefre, Durán…; portugués: Acuña,
Chaves; ¿italiano?: Santafausta -de Santafosta,
posiblemente de Italia-).
Como ya dejé escrito en “Breve estudio de
los motes y apodos bailenenses” (FALL, Programa
de Fiestas Conmemorativas 2003), los apellidos de algún antepasado también
pasaban a convertirse en motes o apodos cuando desaparecían entre los miembros
de una familia. Ejemplos: Duro (Durico),
Mena, Moñino, Rueda, etc.
- BAILÉN como apellido.
En el
interesantísimo Diccionario heráldico y
nobiliario de los reinos de España de Fernando González-Doria (Editorial
Bitácora, Madrid, 1987), en su capítulo V, titulado “Diccionario de apellidos
con descripción de sus armerías”, página 438, consta lo siguiente:
“BAILÉN.
Castellano. De Burgos. -Armas: En campo de oro, tres fajas de plata, contra las
leyes heráldicas, que prohíben poner metal sobre metal y color sobre color”.
Escudo
de armas del apellido Bailén.
Hago un breve
paréntesis para añadir que los escudos de armas o heráldicos no se refieren
a apellidos, sino a familias o estirpes; es decir, que la gran mayoría de
quienes muestran en su casa un escudo tan decorativo, no les corresponde, pues
hubo muchísimos Fernández, pongamos
por caso, pero solo uno tuvo rango de nobleza.
Aparece también en
esta publicación Bayle, nombre de familia oriundo de Francia, pero ambos
son meros parónimos que nada tienen que ver. No hay duda de que originariamente
el apellido fue Baylén (con tilde
siempre en español, pues ya la Gramática
de la Lengua Castellana de Antonio de Nebrija, 1492, primera gramática de
la lengua española, habla de rasguito o ápice -tilde- para indicar que amo
no es lo mismo que amó), como nuestro topónimo, hasta el siglo XIX
(1815) en que la Real Academia reformó la ortografía del español y cambió por I
latina la Y griega vocálica en medio de palabra.
El origen del
apellido Bailén (o Baylén) es, pues, burgalés, de tierras
castellanoleonesas. Y nada de extraño tiene este hecho si releemos los
epígrafes anteriores del presente escrito. Algún -o algunos- oriundo de tierras
de la villa bailenense, Puerta de Andalucía, ya fuera por origen judeoconverso,
por ser propietario de haciendas y fincas en la localidad, o simplemente por
proceder de esta zona, se afincaría en el enclave de Burgos principalmente. Y
las continuas idas y venidas, colonizaciones, repoblaciones, migraciones,
etcétera, hicieron que el apellido se dispersara por la península y por
Hispanoamérica, pues los territorios de ultramar fueron colonias españolas
hasta bien entrado el siglo XIX.
La bandera oficial
de la Muy Noble y Leal Ciudad de Bailén tomó los colores áureos y argénteos de
nuestra historia celebérrima, ya en pleno siglo XX, del escudo heráldico del
apellido Bailén.
Bandera
de Bailén.
Un enigma que
seguirá en el aire es de dónde procede el topónimo Bailén (Baylén), de qué
lengua y época, qué significaría. Cierto y bien seguro es que el apellido
procede de este topónimo misterioso e indescifrable, por ahora.
Difícil es
profundizar aquí en el tema de la extensión actual del apellido Bailén en su ciudad homónima, la
provincia de Jaén, España y América, fundamentalmente. No obstante, tenemos unas
armas para dicho estudio como son internet y paginasblancas.es (2012) de una determinada empresa de telefonía. Esta última
no es una fuente muy rigurosa en lo que a información se refiere, pues solo se
tiene en cuenta a varones, generalmente, y que tengan teléfono fijo. No he documentado
en la ciudad bailenense a ningún lugareño apellidado como su pueblo (desde el
siglo XIX hasta hoy, cuando menos). En la provincia de Jaén ya es otro cantar.
39 titulares llevan Bailén como
primer apellido, distribuidos por municipios de la siguiente manera: Jaén
capital (15 titulares), Torredonjimeno (7), Cárcheles (6), La Guardia de Jaén
(4), Estación Linares-Baeza (2), uno tienen Linares, Mengíbar, Villanueva de la
Reina, Úbeda y Campillo de Arenas. Como segundo nombre de familia lo tienen 31 titulares:
Jaén capital (12), Cárcheles (7), Torredonjimeno (4), Chilluévar (2), uno
tienen Arquillos, Mancha Real, Castillo de Locubín, Martos, Cambil, La Guardia
de Jaén.
Para la distribución
nacional, he consultado la web del Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es), donde se indica
que Alicante es la provincia con mayor número de apellidados así, 583 de
primero y 515 como segundo apellido. Le siguen Jaén con 277 / 266, Barcelona
(163 / 181), Valencia (121 / 97), Madrid (57 / 82), etc. En total, en España
hay 1.389 personas con Bailén como
primer apellido y 1.347 como segundo. Otro dato importante es que de los 25.617
nombres de familia que el INE tiene registrados, Bailén ocupa el puesto 3.277º en cuanto a su frecuencia.
Distribución
del apellido Bailén en el territorio nacional.
Volviendo a páginasblancas.es, en Alicante hay 69 titulares de línea de teléfono como
primer apellido y 59 como segundo, le sigue Jaén (39 / 31), Barcelona (31 / 29),
Valencia (25 / 11), Madrid (11 / 17), etc. Llama la atención que Burgos, origen
del nombre de familia, no cuente con ningún habitante así apellidado.
El apellido aparece
en otras fuentes: Diccionario de
Apellidos Españoles (“apellido poco
frecuente y registrado principalmente en las provincias de Barcelona, Alicante
y Jaén, procedente del topónimo Bailén, población de la provincia de Jaén
famosa por la batalla de su nombre en 1808. Según Menéndez Pidal, su étimo
sería un derivado del antropónimo latino Valianum”).
En el Archivo General Militar de Segovia, se custodian los expedientes
personales de diferentes militares: Juan Bailén (Caballería, 1809. Noble); Juan
Bailén (Teniente, 1865); José Bailén Baquerizas (Infantería, 1861); Juan Bailén
Martínez (Infantería, 1839); Pedro Bailén Tolosana (Infantería, 1794). Tanto Bailén como Baylén aparecen en Repertorio
de Blasones de la Comunidad Hispánica, de Vicente de Cadenas y Vicent,
donde recoge las siguientes armas: “En
oro, tres fajas de plata”. El hecho de aparecer en esta obra magistral
garantiza que el linaje Baylén tiene
armas oficiales certificadas por Rey de Armas. Y en El gran llibre dels cognoms catalans, El solar catalán, valenciano y balear de los hermanos García
Carraffa (para ellos Baylén es de
origen catalán o establecido allí). Heráldica
de los apellidos canarios, de Lino Chaparro D`Acosta. Blasonario de la Consanguinidad Ibérica de Ampelio Alonso de
Cadenas, Vicente de Cadenas y Vicent y Liliana Ruiz Carrasco (aparece la
heráldica de Baylén). Según el
tratadista Carlos Platero Fernández, en Los
Apellidos en Canarias, Baylén tiene
rama en las Islas Canarias.
Por otro lado, referente al significado de los
nombres de persona, en http://www.significadodelosnombres.org/Baylen puede leerse que Baylen es un antropónimo (nombre
propio de persona, no nombre de familia) con posible origen inglés o francés y
que significa “variante de Bayard -Auburn pelo”, pero nada tiene que ver con
nuestro topónimo ni apellido.
De los 97 municipios de la provincia de
Jaén, nada más que 19 tienen apellido homónimo. De ellos, son 10 los que
proceden de la localidad que les dio nombre: Baeza, Cazorla, Ibros, Jaén, Jódar, Martos, Quesada, Rus, Úbeda y
Vilches (o Vílchez). De uno no queda explícita su procedencia: Alcaudete. Dos más, Castellar (aragonés) y Torres (castellano), no se refieren
seguramente a ambas ciudades giennenses, pues estos topónimos están muy
extendidos por la península. Y, por último, 6 proceden de otras zonas españolas:
Andújar (murciano), Arjona (malagueño), Bailén (burgalés), Bedmar (gallego), Linares
(cántabro y no andaluz, pues nuestra ciudad vecina, en la Edad Media, se
llamaba Leñares de Baeza) y Marmolejo (sevillano).
- Apellidos bailenenses más castizos.
De los veinte
primeros apellidos más habituales y comunes en España, nueve están y han estado
muy repetidos en Bailén (Padrón de
habitantes de 1859 y diversos listados y relaciones de colectivos
bailenenses actuales por apellidos): García,
González, Rodríguez, Fernández, López, Sánchez, Pérez, Moreno, Álvarez. A
estos se añaden otros que son también muy frecuentes, pero más autóctonos y
añejos, si se me permiten sendos adjetivos, y por ende, son los más castizos nombres
de familia de los habitantes de Bailén: Aguilar,
Arance, Cabrera, Cámara, Cárdenas, Castro (y De Castro), Cobo, Durillo,
Garrido, Lendínez, Medina, Merino, Mestanza, Molina, Navío, Padilla, Rusillo, Soriano,
Torres, Villarejo.
Tres apellidos con solera
y enjundia ya desaparecieron de entre nosotros, Barreda, Neve y Ponce de León (en la década de los años
70 se extinguió en Bailén este último).
El análisis de la
variedad y procedencia de los apellidos de los bailenenses guarda inequívoca y
estrecha relación con el estudio del habla dialectal o acento bailenés. Nuestros nombres de familia,
esencialmente, son de origen castellano durante la Reconquista (y por
eso conservamos la J castellana frente al andaluz que la aspira), pero con gran
cantidad de procedencia de la Andalucía occidental (seseo cordobés, área
léxica cordobesa). A su vez, con tenue contingente repoblador aragonés
(diminutivo –ICO) y oriental (gran relación con el léxico murciano,
albaceteño y granadino; zafa ‘jofaina’, velilla ‘cerilla’, ganga “arado tirado
por una sola caballería”). Y, fundamentalmente, el estudio de los apellidos nos
demuestra muy a las claras que por los hijos del pueblo andaluz corre sangre
íbera, romana, mora, judía, castellana, navarra, aragonesa, catalana... Mestizaje
en esencia, convivencia simultánea de culturas, siendo este pueblo andaluz milenario
el más mezclado que hay sobre el orbe terráqueo, por eso somos tan tolerantes,
receptivos y universales.
&&&&&&&&&&&
En 1996, haciendo el
servicio militar en el Regimiento Córdoba X en Cerro Muriano, portaba, como
norma preceptiva, mi apellido Linares
bordado en la pechera derecha de mi uniforme de soldado de infantería. Me topé
con un recluta cuyo nombre de familia inscrito era el de Bailén. Este, al verme, me dijo al leer el mío:
-¿De
Linares?
-No,
de Bailén. ¿Y tú? -le pregunté.
-De
Mengíbar.
Solo un hermanaco podía llevar un apellido tan
bonito, pues en este pueblo hermano aún hay quien lo conserva.
No puedo dejar de
referirme al nombre propio de mujer más castizo y autóctono de Bailén: Zocueca. Con el nombre de Nuestra
Patrona hay censadas en España 34 féminas, de las que 23 residen en la
provincia de Jaén, fundamentalmente en Bailén. Según el INE, su media de edad
es de 56 años. ¡Tenemos que ir bajando la edad de esa media y subiendo el
número total de ellas! Yo, con el segundo nombre de mi hija, ya he puesto mi
granito de arena.
Ocho versos de mi
boca, “Zocueca lleva por nombre” es su título, me van a servir en esta ocasión
para desear a todos mis paisanos y a nuestros visitantes unas Felices Fiestas
Conmemorativas 2012.
Pueblo, tú, leal y noble,
Ciudad del
Barro y camino,
entre tus
piedras escondes
tesoro
puro y divino,
es la
Reina de los hombres,
la
bendición de sus hijos,
Zocueca lleva por nombre
y Bailén es su apellido.
Francisco Antonio Linares Lucena.
(y Soriano Fernández Santafausta
Merlo Gámez Cañizares).
Bailén, 16 de abril de 2012.