Atrás quedan estas Fiestas de julio de 2024. Ya son pasado, pero jamás podré olvidarlas.
Cada vez que cuelgue en mi pecho esta medalla de HIJO PREDILECTO me servirá para recordarme que estoy en deuda con todos vosotros, con los que me paráis por la calle para felicitarme, con quienes vinisteis a verme y a escucharme, con los que os fue imposible asistir, pero siempre estáis conmigo, con los que lo hicisteis posible.
Gracias a todos por tanto.